Los derechos de intimidad de los menores es uno de los pocos ámbitos que sí están regulados por la ley.
Un menor no puede autorizar a que su foto se publique, deben ser su padres o encargados y cada padre tiene sus propias ideas sobre la conveniencia o no de que sus hijos aparezcan en fotografías accesibles a través de Internet.
Aunque nuestras intenciones sean buenas, al compartir las acciones o momentos felices de nuestros estudiantes, lo cierto es que hay muchos usuarios con intenciones poco claras y pueden tener acceso a nuestros perfiles, siendo profesores tenemos contacto con niños y adolescentes, una figura pública de nuestro ámbito nos convierte en candidatos potenciales para que personas nefastas indaguen si tenemos fotografías de niños.
Dicho bien claro, nosotros como profesores podemos exponer a nuestros estudiantes sin siquiera tener la intención.
Usted desea tomar fotos de sus estudiantes y subirlas a la red.... NO LO HAGA
Recomendaciones para profesores que hacen fotografías en sus lugares de trabajo.
1- Solicite permiso a los padres al inicio del año para fotografiar a sus hijos, especifique bien claro y explicado para qué utilizará esas fotografías.
2- Cuando tenga permiso de hacer fotos, evite tomar fotografías de los rostros de los niños, puede hacer fotos de las manos mientras escriben o elaboran material, de espaldas, con la cabeza baja escribiendo, siempre evitando la sobre exposición.
3- Describa con lujo de detalles la actividad que realizan pero no escriba, nombres y apellidos, dirección del centro de estudios, horarios y asegúrese de quitar la ubicación de su celular para que la foto no sea rastreable.
4- Un profesor puede hacer fotos de su aula, de su escritorio, de su pizarra llena de letras, pero debe ser en extremo cuidados con quienes aparecen en su fotos y donde las comparte.
Víctor Puig, especialista en gestión de la reputación online y socio director de la agencia Zinkdo, opina que los centros educativos deberían desarrollar guías de actuación en las redes sociales dirigidas a sus empleados, algo que no es habitual, ni en las instituciones educativas ni en muchas otras empresas u organizaciones
En definitiva, tanto los profesores como los profesionales de otros ámbitos, y las personas adultas en general, deben ser conscientes que la libertad de publicar en los redes sociales no deja de ser también un ejercicio de responsabilidad: Victor Puig nos aconseja:
“Cualquier persona que en su trabajo tenga que hacer visible su nombre, como un profesor pero también un directivo, un autónomo, un médico o un comercial, debe saber que sus alumnos o sus clientes querrán saber quién es, y lo googlearán, seguro, un día u otro”